La semana pasada, la Comisión de Justicia del Congreso archivó dos proyectos de ley, entre los cuales se encontraba el que proponía la penalización del feminicidio. Si bien es cierto lo que sostiene la ministra de la Mujer, Aída García Naranjo, de no poder exigir que se revierta la decisión de la comisión, ha sido clara al sugerir que sí se den soluciones integrales frente al asunto.

La razón de este archivamiento, según el congresista Marco Falconí, es que la modificación del proyecto de ley contribuye a la distinción entre hombres y mujeres. Pero eso es dejar de lado una realidad evidente: mujeres son maltratadas y asesinadas todo el tiempo. Basta con ver las noticias para darse cuenta que las razones de estos ataques son los celos, infidelidad o el no soportar el fin de la relación. Existe una diferencia de género, y no solo en lo que al limeño le gusta encaletar como “es parte de la sociedad”. Pues parece que también es parte del Estado, de su aspecto legal, de su negación de responsabilidad para con estas mujeres, y para las que, lamentablemente, serán atacadas en el futuro.

Y es que el problema no parece acabar. Las cifras se mantienen sobre las 100 mujeres maltratadas y asesinadas en el Perú, donde se estima, según el Observatorio de la Criminalidad del Ministerio Público, que cuatro mujeres son maltratadas ¡cada hora!

Si bien estas cifras se conocen, el archivamiento salió a la luz como una noticia sobre la agenda de la comisión de Justicia, el problema de fondo no ha querido ser tratado. La realidad: mujeres mueren, por ser mujeres, por celos de sus parejas. Negar que el proyecto de ley crea una brecha entre hombres y mujeres es negar el hecho de que la misma Ley de Igualdad de Oportunidades privilegia a las mujeres y su vulnerabilidad (en este caso) frente a medidas que no reconocen como delito, su maltrato (físico y psicológico) y su asesinato.

Tan es así que hasta ahora no he visto medios que aplaudan la decisión. Ahora, no sé si celebrar esto ya que puede significar rechazo o terrible indiferencia.