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Huecos en la salud

Publicado: 2011-11-23

El sector salud en el Perú es un tema muy amplio que no solo es visto por el Ministerio de Salud (Minsa). Por ejemplo, cuando salió el problema del Pronaa con la ministra García Naranjo, uno se preguntaba qué dice el ministerio de Salud. Pues el Pronaa, que se encarga de la nutrición de miles de niños en todo el país, es un programa perteneciente al Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social (Mimdes).

La nutrición al interior del país es un tema que debe ampliarse y trabajarse no solo a partir de un programa social que ya ha mostrado tener fallas en la distribución y preparación de alimentos para los niños en la zonas de extrema pobreza. Es una cuestión, también, de una sentida preocupación y buena gestión en salud por los niños y personas que viven en situación de extrema pobreza.

Si bien el programa más importante de nutrición no pertenece al Minsa, está cubierto por otro ministerio. No es el mismo caso de un grave problema de salud que no es visto más que por algunas ONG que, para colmo, son mal vistas por algunos de los sectores oficiales más importantes. Estoy hablando del problema de salud mental en el país. Particularmente, el tratamiento psicológico para las víctimas del conflicto armado interno que han perdido familias enteras, han visto a sus seres más cercanos morir de una manera brutal.

Es tal vez por eso que resulta tan indignante para algunos que declaraciones pasadas como las de los ministros Vega y Mora sugieran olvido y perdón sin responsabilidad por parte de quienes deben hacerse cargo. No solo me refiero a los juicios a aquellos perpetradores de Derechos Humanos como lo fueron SL y, en algunos casos, las FFAA, sino también el Estado mismo.

Tuve la oportunidad de conversar con testigos de una de las masacres más violentas durante los años de violencia y lo que más les dolía, a simple vista por lo menos, fue el después. El no recibir ayuda de nada ni nadie. Y mencionaron, por supuesto, la falta de apoyo psicológico para poder superar un trauma. Yo conversé con tres. Cuántos miles habrá en el Perú con ese problema de salud que nadie quiere afrontar.

En el primer caso sería cuestión de potenciar un programa ya existente, pero con la importancia que merece. No se trata de hacer puntos con la comida que se reparte, o de lapidar a una ministra. Se trata de tener conciencia de que sin nutrición, la vida de un niño va a estar limitada en los siguientes años y áreas de su vida.

Por otro lado, en la cuestión de salud mental, el Estado debería visitar el consultorio y asumir responsabilidades para con aquellas personas que, como he sido testigo, piden que se les escuche, que se les atienda para superar el trauma que no pueden superar solos.


Escrito por

Claudia Chávez

@ClaudiaPollo Estudio Periodismo


Publicado en

Una vaca multicolor

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